Un poquito de fe

ImagenEn estos tiempos en los que los grandes se quejan de que uno vive en su mundo, que cada día la cortesía es más escasa, de vez en cuando nos encontramos cosas buenas y sobre todo, gente que tiene uno que otro buen gesto. Eso que yo llamo una pizca de fe en la humanidad.

Y es que si vamos a quejarnos de las cosas que están mal, es justo también que reconozcamos los buenos actos. Y hoy toca. Ya hace unos meses había desatado mi enojo por el trato que dan los buseros y especialmente la poca preocupación que demuestran por los pasajeros. También he dedicado varios tuits con Ricardo Rivera sobre cómo viajar en ruta en Managua debería ser considerado un deporte extremo. Pero ayer me di cuenta de que no todo está perdido.

Los que estamos obligados a viajar en ruta todos los días, estamos acostumbrados a que nos apuren, nos empujen, a ver mujeres embarazadas o que van cargando a un bebé o ancianos de pie entre el tumulto y nadie es capaz de ofrecer su sitio. Yo no lo hago, porque generalmente voy en las mismas condiciones, pero si puedo le cedo mi asiento hasta a los borrachos que así ni se caen ni estorban. Pero ayer me pareció curioso y lindo el gesto del conductor de uno los buses que vienen de Tipitapa al Huembes.  Sigue leyendo